La aurora polar es un fenómeno óptico de la atmósfera terrestre, caracterizado por bandas brillantes de una amplia gama de formas y colores, típicamente rojo-verde-azul, llamados arcos aurorales, causados por la interacción de partículas cargadas de origen solar con la ionosfera de la Tierra.
Obviamente, para observar la aurora boreal, el equivalente a las luces del sur del hemisferio sur de la Tierra, es necesario dirigirse lo más al norte posible en el hemisferio norte, mejor más allá del Círculo Polar Ártico.
Para observar el amanecer el cielo debe estar despejado y, posiblemente, totalmente despejado. También es necesario que haya oscuridad total. La mejor época para observar el fenómeno, sin embargo, es entre principios de otoño y principios de primavera (aproximadamente desde la segunda quincena de septiembre hasta principios de abril).